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miércoles, 25 de junio de 2014

El futbol es homofóbico

Ya que andamos detectando los simbolismos de violencia ocultos detrás del lenguaje, ¿por qué solo la atención desmedida a una sola palabra?. En este caso el infame "puto".

Y le llamo infame porque es una groseria, una agresión verbal, un intento de comparar al rival con alguien cobarde que, para la cultura machista, suele ser un homosexual. Ese término sin duda esconde agresión.

Pero, ¿que pasa con el futbol en sí mismo?, no es otra cosa que una ritualización homoerótica de penetración masculina. El juego este se trata de "meter" una "bola" en un "agujero" o arco llamado portería. Si penetras más veces de lo que te penetran, ganas.

Celebrar un gol, con cualquier gesto, expresión o palabra que se haga, es declarar al rival penetrado. "Ya los chingamos", "se joden", "¡tomala!", y otros terminos de festejo, tienen la misma carga sexual y homofóbica que "puto". 

Mostrar el viril pecho, sacarle el dedo al rival, gritar excitado haber metido un balón en el otro feminizado (¿homosexualizado?) en la cancha, las tribunas y delante de una pantalla, es un acto de agresión.

Bajo estas consideraciones, no se debiera solo censurar la palabra "puto", sino el futbol en sí mismo. Cualquiera que haya jugado una  "cascarita" (futbol callejero) o en una cancha amateur, sabe que esa "homofobia", o hacer pasar al rival por homosexual, es el pan y la sal del juego.

Haber puesto el acento en la palabra "puto", dejando de lado este carácter agresivo y homofóbico del futbol en sí mismo, es una incongruencia purista pues mirando con los mismos ojos indignados, todo este deporte, ameritaría el mismo escándalo.

Pero el futbol es un deporte honorable, estos significados ocultos quedan inertes la mayoría de las veces, se puede jugar futbol y celebrarlo sin ser homofóbico, aunque tal sea su genealogía.

La sociedad global debe dejar de lado las agresiones y crímenes de odio, pero no hay que verlos donde no están. Si para prevenirlos se necesita censurar una palabra, ¡con más razón habría que prohibir el futbol por todas sus connotaciones homofóbicas! 

Lo cierto es que los símbolos y palabras agresivos son como las bombas (el antropólogo Mallinowski decía que las palabras son "proyectiles"), que se pueden desactivar. Lo que necesitamos no es censurar palabras, sino despojarlas de sus connotaciones agresivas, del mismo modo que "meter" un gol en el "arco" del enemigo, no es homofóbico en sí mismo, aunque sus connotaciones, si uno quiere verlas, así lo sean.